jueves, 21 de agosto de 2008

EL LETEO


Alma sorda y cruel, ven a mi pecho,
tigre adorado, monstruo de indolencia;
yo quiero hundir mis dedos temblorosos
en el denso espesor de tu cabello;

en tus enaguas llenas de tu aroma
sepultar mi cabeza adolorida,
y respirar, como una flor ajada,
el dulce tufo de mi amor ya muerto

¡Más que vivir, dormir, dormir ansío!
En un sueño tan dulce cual la muerte,
pondre mis besos sin remordimientos
en tu cuerpo pulido como el cobre.

Para enterrar mis calmados sollozos
no me sirve el abismo de tu lecho;
vive en tu boca el poderoso olvido,
y el Leteo en tus besos se desliza.

A mi lado, desde ahora mi deleite,
he de seguir, como un predestinado;
condenado inocente, dócil martir,
cuyo fervor aviva su suplicio,

para ahogar mi rencor, he de chupar
la piadosa cicuta y el nepente
en las agudas puntas de este pecho,
que un corazon jamas ha aprisionado.


Boudelaire

"Las Flores del Mal"

2 comentarios:

JULIO MONTENEGRO dijo...

Hola Alternador. Se escribe Baudelaire. Duscúlpame la corrección, pero en esto soy maniático. Te sigo leyendo. Tu amigo, Shadow

JULIO MONTENEGRO dijo...

Que vaina, es discúlpame, no duscúlpame. Me mordí la lengua. Chao