martes, 30 de septiembre de 2008

La boca

Hay un mar crispado en tus dientes,
una resolana de espinas enemigas, y las figuras ya no valen, como el pan añejado que es tu lengua charqueada, jamas te la tragas, aunque es seca, es la loca tierna de tus memorias. Que se aprenda el sentido exacto de las cosas, su funcionamiento, su esclavia negra, ¿hacia donde se tuercen los vientos, desde la estepa, desde el mar donde cargan su raiz pesada, la gorda floja?. Inquitense mentes tremulas, que en este resistero del tiempo las comarcas caen gritando gritando hacia las piedras, esa piedras lavadas hasta las cuchillas, que son cabezas no acostadas, que piensan y crean y matan y quedan rajandole la guata al agua de la cascada y de pronto ya estas en el cielo, colaborando al celeste contigo, otro puntito celeste que no cae nunca, porque no pesa lo suficiente, por que no quieres caer porque sabes que nada mas eres una nube.

La prueba remota de que eres boca, es que sangras por las encias, por entre lo hirsuto de esos soldados desgañitados. No te tengas fè, boca, las expresiones mas hondas de belleza las conjuntas tu, con el vacio misterioso de tu fondo inapañable, que se escurre del rojo vivo de tu caverna, del cielo que celeste se eleva hoy sobre la estepa, que huye tambien de ti, de las larvas, de las metmorfosis, y de todo eso que dice cuando pareces dormida.

Por ESTEPARIO

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